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El parlamentario ¿un profesional?

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Hoy, el diario El Mundo critica una decisión unánime del Parlamento que califica de « políticamente correcta ». Yo no quisiera ser tan dura con la cámara baja española, pero sí recordar que en ocasiones los poderes legislativos del Estado no son necesariamente juristas y deben interesarse un poco más por obtener consejo jurídico experto.
El Parlamento ha aprobado una reforma del Código Penal para que el consumo de alcohol y drogas sea un agravante en los casos de maltrato contra las mujeres. Esto presenta una serie de problemas jurídicos que se derivan del hecho de que, para el resto de maltratos, encontrarse bajo el efecto de drogas puede incluso ser un atenuante. 
Esto tipo de contradicciones no tienen lugar sólo en España: recientemente hemos tenido un ejemplo más de esto cuando el pueblo suizo ha votado afirmativamente a una reforma de la ley para que los abusos sexuales a menores sean delitos que no prescriban nunca. La dura tarea de las cámaras más tarde ha sido hacer entrar en el Estado de Derecho que si se abusa de un niño el delito no prescribirá mientras que si se le asesina a sangre fría, sí.
El parlamentario no tiene por qué ser un jurista profesional, pero sí debe  procurarse su consejo. Yo, sin ser jurista ni mucho menos entendida en derecho penal, creo que con un poco de consejo jurídico se puede llegar a propuestas más lógicas y estudiadas, que, si bien corren el riesgo de ser menos populares, bien explicadas pueden tener el mismo efecto, pues creo profundamente en la capacidad del elector para entender lo que se le explica.
Analizando el problema vemos que lo que hace diferente la influencia de las drogas sobre este tipo de criminales es su continuidad en el uso y la reincidencia pese a conocer sus efectos negativos sobre el ojo cada vez más morado de su pareja. Se podría por tanto estipular que el consumo repetido de una misma sustancia acompañado de un delito de violencia y su reincidencia tras intervalos de lucidez es agravante del mismo, pues la persona ha tenido la oportunidad durante la lucidez (el día de resaca) de conocer la relación entre la substancia y la violencia y sin embargo reincide en el consumo.
Hay dos formas de hacer política: la política profesional de organizar un Estado, que busca beneficiar con su eficiencia a los ciudadanos, y la política profesional de ganar votos, que busca lograr el mayor número de simpatizantes. Yo apuesto por la primera, y sé que el pueblo también, sólo necesitan encontrar ese único partido que utiliza esa forma inédita de hacer política: UPyD.